Un poco de historia
La presencia de las gallinas en Galicia tiene su origen en la civilización de los celtas. Evidentemente con el paso del tiempo y de las civilizaciones se llego a una situación de coexistencia, según Santos Arán (1920) de dos tipos de gallinas: la de la costa e interior (más voluminosa y pesada) y la de la montaña.
Con la creación de la Estación Pecuaria Regional de Lugo en el año 1935, se daría lugar a los inicios para la selección y uniformidad de la raza. Según la documentación el responsable fue Blas Martínez Inda y los huevos para dicho proceso se adquirieron en la parroquia de San Julián de Mos (que es la que le da el nombre a la raza), perteneciente al municipio de Castro de Rei, Lugo.
A partir del año 1942 la raza experimentó un gran impulso en su divulgación, gracias al buen hacer del veterinario Juan Rof Codina y a los estudios realizados. Llegando a caer encandilados ante la calidad de la raza prestigiosos autores como D. Salvador Castelló Carreras ó D. César Ajenjo Cecilia.
Pero en la década de los años sesenta su situación sufrio un cambio como consecuencia de la evolución industrial, ya que se pasaba a una avicultura que deseaba razas muy especializadas que le permitiesen alcanzar crecimientos espectaculares. Fruto de ese proceso casi se llega a transpasar la linea que conlleva la extinción.
Pero afortunadamente además de ser una de las razas más bellas y exquisitas, hoy en día se ha convertido en uno de los iconos más representativos del carácter artesanal gallego. Más que una carne, la raza mos fue (es y será) un placer para los sentidos.